11.8.08

CONTRA EL HOMBRE

Con justeza, si estamos contra el feminismo únciamente en la medida en que se ha dedicado a copiar las lindezas de la opresción mascuilina, es de ratificar, por si alguien no se dio cuenta a partir de ese sencillo silogismo, que estamos también contra el hombre.

No sabemos cual de todas sus bellas cualidades elegir para utilizarla de abanderada de las razones por la cual estamos en su contra... Son tantas y cada cual se nos antoja más estúpida de la que ya se nos había ocurrido. Sin embargo enumeremos, que para eso estamos:

1. Su asombrosa credulidad: deseo de entrar en el sistema.
2. Su asqueroso servilismo: a todos los niveles, pero siempre serviles al poder con el propósito de pillar cacho, o lo que es lo mismo de "beneficiarse".
3. Sus sustitiutos de virilidad: que se encuentran en todas partes, desde los cochecitos a los que se les guarda un reverencial respeto, hasta los colorcitos de la playera del equipo de futbol de turno.
4. Su gregarismo y creencia de intimidad: la manera en que se apiñan los unos con los otros como si guardaran un secreto, y su dificultad terrible para poder acceder a la comunicación.
5. Su orgullo: encima de todas estas bellas características, el hombre normalmente está orgullosas de ellas, como si encima todo esto fuera un culto, una fe, que no únicamente está ahí sino tiene que propagarse con una activa militancia.
6. Su desprecio por quienes no son como él: de este sentimiento -que por cierto inunda toda la sociedad- es de donde el feminismo a recogido la idea de que lo único que buenamente se puede hacer en una imitación de la vida masculina y entrar en el trabajo.

En fin, la lista podría seguir y seguir, puesto que no debemos dudar que absolutamente todos los motivos de opresión y esclavismo tienen el signo de lo masculino grabado en la frente. Y no se trata de ser 'machista' o 'no machista', no se trata de una exageración de la masculinidad la que nos ha llevado al estado acutal de repulsiva historia... Sino la pura masculinidad, sin tener que exagerarla demasiado, ya es el primer paso necesario para revolcarse en la mierda del capitalismo global que nos tiene sujetos.

No tiene usted mas que ver los míseros 2500 años de historia que posee la humanidad y ver hasta que punto la historia no es sino un producto falocéntirico (y esto no quiere decir -como creen algunos feministos y mariconos- que la historia tenga que volverse hacia los marginados, sino que debe desaparecer) y ha engendrado la continuidad -continuidad de la verga y del acto reproductor, en donde el coño, como siempre es la feminidad de la Madre Tierra.

De ahí se deduce pues que el hombre lo único que hace es establecer el dominio de las cosas desconocidas, de lo que se resiste a ser determinado -como la mujer, antes de que le diera por acceder a los puestos de trabajo y convertirse en un blanco más del marketing y de la venta de falsedades, que era exclusiva propiedad masculina- y de la propia naturaleza, que se resiste a revelarse (porque nada tiene que revelar).

El hombre empequeñecido ha inventado las más grandes mentiras para el sometimiento de la gente común: la escritura, la historia y la ciencia.

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