18.8.08

CONTRA LA CULTURA

¿Cómo estar en contra de la cultura? ¿En contra de leer libros o pararse media hora frente a cuadritos de tantos o cuantos millones de dineros? ¿Cómo estar contra la investigación de la calaigrafía de los manuscritos quevedianos sobre los las gracias del ojo del culo?

Es simple: utilizando el sentido común.

No hace falta demasiado esfuerzo, ni demasiada claridad de visión que todo este trajinero de la cultura lo único que hace es que las cosas que queden sin hablar.

Ya que no hablo contra la cultura como para que se quemen libros ni cuadros ni nada. Sino para liberar a esas cosas del gran tinglado que los mata... A esos si hay que quemarlo... A esos que empiezan: "Lo que realmente Quevedo quizo decir fue..."

Porque Quevedo y todos los que le vienen a la saga no han querido decir nada... sino que lo siguen diciendo. Y eso es de lo que nadie quiere que te enteres... que nos enteremos. Ah, porque así, si ellos dicen que Sutanito quizo decir, pues ya no dice nada... O, mejor aún, dice lo que conviene que diga según la ocación.

Y por ejemplo basta tomar el más manoseado de todos los libros de la cultura hispana: El Quijote. Habrá quien ya esté hasta vomitoso de escuchar hablar de él, y sólo por error o patología a alguien, que le hayan estado constantemente bombardeando con esa mierda cultural, se le puede ocurrir llegar a leerlo. Antes bien lo digiere por los peliculones, las medallitas, las moneditas y los sellos postales -cuando no esculturas de un flaco lanzero y un gordo montado en un rucio- y nadie se pregunta que sea lo que quiere venir a decir toda la novela.

Y sin abrir una sola página, la cultura por obra y gracia de sus movimientos y sus dineros, ya ha matado al libro... ya lo ha condenado a decir una sola cosa, a matarlo... y que así no diga nada.

Así que dejad que hablen los muertos... los libros, los cuadros -cuando valgan la pena, que será raro- y hasta las músicas... Pero no como CULTURA, sino como habla pura y dura... que para eso están ¿o sólo están para mover dinero como todo lo demás?

Olé.

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